Aunque en las horas posteriores al Incidente de 2024 nadie en Europa o América lo hubiera creído, los efectos del intercambio de misiles entre Irán e Israel no solo fueron locales.

Los cambios globales que empezaron a percibirse en las semanas siguientes dieron origen a lo que hoy conocemos como la «Década Oscura», pero que durante el Colapso se denominó «los años de la hambruna».

Debido a esto, existe la falsa creencia de que apenas hay información al respecto, cuando lo cierto es que fueron muchos los libros que se escribieron sobre el tema a principios de la década del treinta; una vez que la emergencia alimentaria hubo pasado. Claro que en ellos no se la define como «Década Oscura» porque, en mitad del período, nadie hubiera podido saber que este duraría diez años.

 

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08.1_ Invierno nuclear

La denominación que con más frecuencia se usó entonces fue «invierno nuclear»: un concepto surgido a finales del siglo veinte.

A principios de la década de 1980, equipos científicos de diversas nacionalidades demostraron que, si se producía un conflicto nuclear entre las principales potencias de entonces, el humo de los incendios provocados por las bombas ascendería a la atmósfera y absorbería gran parte de la luz solar. Lo que a su vez generaría un descenso notorio de las temperaturas globales.

En la primera década de nuestro siglo, otro grupo de científicos extrapoló los resultados de aquellas investigaciones al contexto de una guerra nuclear regional y demostró que sus efectos globales serían igual de nocivos. Y aunque en su momento los resultados pasaron desapercibidos (al menos, para el gran público), una vez producido el conflicto demostraron su precisión.

 

08.2_ Los efectos del Incidente

Se calcula que en la contienda nuclear Israel llegó a utilizar setenta y cuatro de sus ochenta misiles e Irán entre quince y veinte (lo que fue una sorpresa para Occidente que, hasta entonces, contaba con que como mucho poseyera cinco).

Se calcula que los incendios provocados por el intercambio lanzaron a la atmósfera cerca de cinco millones y medio de toneladas de humo.

En la siguiente semana, una capa densa y negra cubrió Oriente Próximo, el sur de Europa, en norte y centro de África y, hacia el este, se extendió hasta India y Paquistán.

A las muertes provocadas por la acción directa de las bombas y la radiación, hay que sumar, en esos primeros días, los cientos de miles de muertos por problemas respiratorios. Y eso fue solo el comienzo.

Con el paso de las semanas, la humareda se fue difuminando. Sin embargo, conforme lo hacía, también se fue extendiendo por el resto del planeta.

Dos meses después de la contienda, el manto de humo ya lo había cubierto. No era una capa densa y negra, sino una homogénea envolvente gris similar a la bruma… Una nubosidad permanente que se mantuvo durante años.

 

08.3_ La explicación de los científicos

Según los expertos consultados entonces, las explosiones habían disparado las partículas de hollín a más de diez kilómetros de altura y, desde ese punto, el sol las había calentado haciéndolas ascender hasta la estratósfera.

El problema es que en la estratósfera no llueve, por lo que ciclo del agua no pudo limpiarlas. La única forma de que esas partículas se asentaran era por medio de la gravedad, sin embargo, dado que eran muy pequeñas y absorbían gran parte de la luz que les llegaba, el proceso de decantación iba a ser lento.

Los primeros estudios ya presagiaban que tomaría años.

 

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08.4_ Primeros indicios de la catástrofe

La presencia de esas cantidades de hollín en la estratósfera tuvo como efecto inmediato dos consecuencias nefastas.

La primera fue el descenso brusco de temperaturas en las capas bajas de la atmósfera previsto por los modelos de invierno nuclear. Dado que las partículas en suspensión absorbían la mayor parte de la radiación solar, en la superficie terrestre las temperaturas medias descendieron más de un grado.

La segunda fue el importante aumento de la temperatura estratosférica, lo que impulsó hacia sus capas altas el óxido de nitrógeno, terriblemente dañino para la capa de ozono.

En cuestión de un año, el adelgazamiento de la capa de ozono (que hasta entonces se había constreñido al polo sur) se extendió por todo el planeta…

Y la suma del descenso brusco de temperaturas y el aumento de los niveles de radiación ultravioleta provocó una disminución inmediata en la producción de alimentos. Las heladas, la modificación de los ciclos de cultivo y la escasa luz solar llevaron a la pérdida de más del cincuenta por ciento de las cosechas. Y eso solo en 2024, un año en el que, hasta julio, había habido producción…

¿Qué podía esperarse para el año siguiente?

 

08.5_ Cierre de fronteras

Ante semejante perspectiva, los mercados entraron en pánico. Los precios de los alimentos se dispararon y el comercio global de productos agrícolas se paralizó.

Esto puede parecer un dato menor, pero en la práctica significó el inicio de la mayor crisis humanitaria vivida hasta entonces.

A principios de siglo, la alimentación de buena parte de la humanidad dependía del mercado global. Era este el que hacía llegar los productos a los consumidores… Cientos de millones de personas dependían de alimentos que compraban a terceros, así que cuando esos terceros decidieron no venderlos por miedo a quedarse sin reservas, condenaron a la hambruna a cerca de un tercio de la población mundial.

 

08.6_ El retorno al trueque

Obviamente, aunque a escala planetaria el proceso se asemeja a lo que acabo de describir, su puesta en práctica no fue lineal. En un mundo globalizado como el de entonces las relaciones eran mucho más complejas que ahora. Pondré solo un ejemplo.

Como dije más arriba, uno de los primeros efectos del invierno nuclear fue la brusca bajada de temperaturas; lo cual provocó serios problemas en el abastecimiento de energía. Decenas de miles de personas murieron debido a las primeras olas de frío. En Europa, sin ir más lejos, la demanda se incrementó en casi un setenta por ciento en cuestión de meses.

Rusia, por sí sola, no podía satisfacer sus necesidades internas más las de la Unión… En especial porque sus principales yacimientos se encontraban en zonas que el frío estaba volviendo inaccesibles.

Ante tal situación, la dependencia del petróleo del norte de África y Oriente Próximo se hizo evidente. Tan evidente como la dependencia de esos países de los alimentos de otras regiones del mundo. Así que durante esos años el comercio retrocedió hasta la época del trueque: calor por comida, barriles de petróleo por cereales.

 

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08.7_ Preparándose para la crisis

La paralización del mercado global de alimentos y el inicio de los trueques estratégicos tuvo lugar a principios de 2025, pero antes se produjeron otros fenómenos que es necesario explicar.

Si bien es verdad que en las horas posteriores al conflicto nuclear reinó el desconcierto, en los días siguientes la información sobre sus consecuencias se difundió más rápido que el humo.

Una semana después del conflicto ya todo el mundo sabía lo que iba a ocurrir.

Los países en los que el Movimiento Milenarista había obtenido cierto poder político fueron incluso más lejos. En sus foros de debate hicieron que los ciudadanos tomaran consciencia de la futura crisis alimentaria seis meses antes de que empezaran a sentirse sus efectos.

Ese pequeño margen de maniobra terminó resultando vital. Los gobiernos previeron, por ejemplo, que, así como el precio de los cereales se dispararía, el del ganado se vendría abajo porque no habría forma de alimentarlo. Se necesitaban cinco kilos de grano para obtener un kilo de carne y ese era un lujo que ningún Estado se podía permitir, sobre todo teniendo en cuenta que las mejores estimaciones calculaban en siete años el período de recesión agraria.

Debido a eso, muchos Estados decidieron sacrificar su ganado y guardar la carne en frigoríficos para racionarla posteriormente. Esa medida, sumada a la intervención pública de la gestión de cereales y hortalizas, les permitió ganar algunos años de estabilidad interna… A costa, por supuesto, del sacrificio de los países dependientes.

 

08.8_ Repercusión de la crisis en las REC

Estas medidas provocaron una gran indignación entre los usuarios. Muchos de los cuales no estaban dispuestos a aceptar que personas que ellos mismos habían llevado al poder estuvieran tomando decisiones que nunca habrían pasado por sus bases.

Por otra parte, la implicación directa de las REC en el Incidente de 2024 y el constante cielo gris que recordaba sus efectos, habían mermado notoriamente la participación ciudadana. Y cuanto más débiles eran sus bases, más difícil les resultaba que las personas que habían puesto en el poder se ciñeran a sus propuestas.

Conscientes de su declive, aquellos que seguían participando optaron por focalizar sus esfuerzos en otra línea de acción: el desarrollo de soluciones alternativas por medio del I+D+i.

Gracias a ello, cuando a mediados de 2025 se vio que las soluciones planteadas por los gobiernos no estaban dando resultado, pudieron ejercer la presión suficiente para dirigir los recursos públicos hacia en un área de investigación relativamente nueva: la bioingeniería.

Puede parecer irónico, pero es un hecho que la tecnología en la que la Alianza basa su poder fue impulsada, en sus inicios, por las Redes de Empoderamiento Ciudadano. Claro que las REC solo estaban pensando en lo que hoy denominamos bioingeniería alimentaria.

 

08.9_ ¿Qué entendemos por bioingeniería?

Antes de continuar, conviene definir qué entendemos por «bioingeniería».

Al principio, «bioingeniería» era un termino genérico para referirse a tres campos de investigación: la ingeniería genética, la nanotecnología y la biomimética, es decir, la transcripción de los métodos y sistemas naturales a la ingeniería. Sin embargo, con los años se fue convirtiendo en un área de conocimiento independiente que, más que denominar a las otras tres ramas, estudia sus posibles sinergias.

Como ejemplo basta describir dos de sus técnicas más conocidas: el empleo de bacterias modificadas con técnicas de ingeniería genética para la producción de nanotecnología; y el diseño de nanorobots que imitan el desplazamiento de los protozoarios para procesar material genético en terapias genómicas.

Como puedes ver, en cualquiera de los dos casos el proceso no surge tanto de la suma de los tres campos como de la interacción entre los tres campos. Una interacción mucho más potente que la suma de sus partes.

 

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08.10_ El desarrollo de la bioingeniería

Entre finales de 2025 y mediados de 2027, los avances en el rubro fueron apabullantes.

Sin duda fue un proceso mucho más rápido que el observado con la ingeniería genética o las tecnologías de la información.

La contundencia de su éxito se debió a una serie de factores que intentaré detallar.

En primer lugar, a las eficientes políticas de I+D+i instrumentadas gracias a las REC, y en segundo término, a la cooperación científica internacional. Por primera vez la información necesaria para el desarrollo de una tecnología fue compartida en su totalidad por equipos de todo el mundo. (Podría decirse que el sueño de los partidarios del software libre se hizo realidad, sí, pero en otra rama del conocimiento).

La fluidez del intercambio llegó incluso a modificar los objetivos de la investigación: lo que en un principio fueron trabajos independientes —que cada equipo realizaba sobre los cultivos de su país— rápidamente se transformó en la búsqueda única de un sistema para paliar la hambruna.

En este contexto, es importante subrayar la ausencia de China, que por entonces estaba enfrascada en un importante conflicto diplomático con Occidente y en las terribles consecuencias de su propia crisis. Dedicaré el capítulo siguiente a analizar en profundidad ese tema.

 

08.11_ Sinergia de red

A los dos factores que ya he mencionado (apoyo político y económico al I+D+i, y cooperación científica internacional) debemos agregar otros dos que, incluso siendo difíciles de cuantificar, no cabe duda que fueron igual de importantes.

El primero es la presión mental ejercida por la tragedia. Es un hecho constatado que en épocas de guerra se producen avances tecnológicos, pero conviene extender esa máxima a las épocas de crisis. En 2026 y 2027 las hambrunas se extendieron por Asia, África y algunas regiones de América y Europa. Y las imágenes de esas tragedias —sumadas a la posibilidad de que se siguieran expandiendo— ejercieron gran presión sobre el trabajo de los investigadores. Una presión que, a la larga, demostró ser positiva.

El segundo factor es todavía más complejo de medir. Voy a llamarlo «sinergia de red», pero lo cierto es que, hasta ahora, no se le ha dado un nombre específico. Dejo aquí una propuesta de definición: cuando miles de personas trabajan en red en un mismo problema y el sistema que los coordina potencia sus singularidades, su productividad se multiplica exponencialmente.

La clave está en que el sistema singularice a sus integrantes, de lo contrario, el grupo termina convirtiéndose en un rebaño.

Desarrollar sistemas de ese tipo es sumamente complejo: es probable que aquel haya sido el primero en lograrlo. Sin embargo, la celeridad con la que se obtuvieron resultados solo puede explicarse gracias a la sinergia de red.

 

08.12_ Antes de la bioingeniería

El resultado, como todos sabemos, fue la industrialización de cultivos en espacios cerrados a través de la hidroponía.

Lo que no todo el mundo sabe es que la hidroponía, como tal, surgió mucho antes del Incidente.

Como dije más arriba, ni siquiera fue la primera opción a la hora de hacer frente a la hambruna.

Lo primero que intentaron los gobiernos, a finales de 2024, fue techar grandes superficies de suelo fértil para reproducir, en espacios cerrados, las condiciones que antes existían a cielo abierto.

Sin embargo, a mediados de 2025 (cuando el adelgazamiento de la capa de ozono se había extendido por toda la atmósfera) quedó claro que  la misma radiación ultravioleta que estaba arruinando los cultivos estaba esterilizando el suelo cultivable. Y dado que se desconocía la velocidad del fenómeno (y que los gobiernos no disponían de tiempo para averiguarlo), fue necesario trabajar sobre la base de que, en los próximos años, la producción agraria a gran escala debería prescindir incluso del suelo.

Esa constatación exigía, por una parte, un cambio radical de su sistema productivo y, por otra, el diseño de cultivos adaptados a ese nuevo sistema.

Fue entonces cuando las REC empezaron a ejercer presión para que se destinaran fondos públicos a la bioingeniería.

 

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08.13_ Industrialización de cultivos en espacios cerrados

Cuando, a finales de 2025, se le pasó el testigo a los bioingenieros, estos mayoritariamente apostaron por el cultivo hidropónico. Pero no fue una decisión unánime. A la larga fueron sus buenos resultados y la sinergia de red los que enfocaron sus esfuerzos en esa dirección. Los que convirtieron a la hidroponía en la piedra angular de su revolución agraria.

Con el paso de los años, el cambio que supuso la industrialización de cultivos en espacios cerrados hizo que muchos olvidaran que la hidroponía no la habían inventado ellos. Pero esa sigue siendo la razón principal por la que algunos historiadores opinan que, si dicha industrialización no se produjo antes fue, básicamente, porque no habían sido necesaria.

A principios de la década del veinte ya había planes de enviar, en los próximos diez años, misiones tripuladas a Marte. Sin embargo, la posibilidad de establecer allí una colonia lo suficientemente grande como para que fuese necesaria semejante técnica estaba a décadas de distancia.

Dicho de otro modo: hasta que no se produjo el invierno nuclear, la humanidad no tuvo la urgencia que condujo a la innovación.

 

08.14_ Reconversión industrial

Una vez desarrollada la tecnología, el paso siguiente era ponerla en marcha, lo que exigía una completa reconversión del sector.

Este paso —que en principio parecía más sencillo que el anterior— resultó ser muy complejo por razones que nada tuvieron que ver con la bioingeniería.

La paralización del comercio global de productos agrícolas —a principios de 2025— tuvo un efecto devastador sobre las bolsas, que ya habían disparado su incertidumbre desde el comienzo de la crisis de Irán. Y una de las áreas que más se vio afectada fue la de los mercados de deuda pública.

La crisis alimentaria, el descomunal presupuesto invertido por los estados en I+D+i, y el cese de compra de deuda por parte de China —como medida de presión en su conflicto con Occidente— provocaron una cadena de impagos que terminó por afectar a todos los países.

Al fin, a mediados de 2027 (casi al mismo tiempo que se terminó de desarrollar el nuevo sistema de producción agraria) el mercado de deuda pública quebró. De pronto, los Estados dejaron de disponer de financiación externa y se enfrentaron a la terrible ironía de disponer de una tecnología capaz de salvar la vida de sus ciudadanos, pero no de los recursos económicos para implementarla.

 

08.15_ Contexto mundial

Es importante recordar que, al tiempo que todo esto ocurría, millones de personas se estaba muriendo de hambre. Literalmente. No en el actual territorio de la Alianza (al menos, no a gran escala), pero sí en otras partes del mundo. Además, tanto en América como Europa las reservas de alimento se estaban agotando y la presión migratoria amenazaba con estallar en conflictos armados.

En 2025 se logró cosechar menos de un veinte por ciento de lo que se había cosechado en 2023, en 2026 menos del diez y 2027 iba por el mismo camino. No había tiempo para políticas a largo plazo. La única salida posible era involucrar a inversores privados en la reconversión industrial y la única manera de lograr que las empresas invirtieran en un país concreto era a través de subsidios y beneficios fiscales.

 

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08.16_ Subsidio a la reconversión industrial

La mayoría de los Estados terminaron firmando contratos leoninos en los que cedían a empresas privadas la propiedad de unas industrias que, en el mejor de los caos, habían financiado a medias. Fue el denominado «subsidio a la reconversión industrial», que tuvo lugar en todo el mundo casi al mismo tiempo.

A cambio, cuando a finales de 2028 empezaron a funcionar las primeras plantas de cultivo hidropónico, las empresas tuvieron la gentileza de ofrecerle a los Estados su producción alimentaria a precios reducidos.

Debo reconocer que, dado que he vivido la Década Oscura, me resulta difícil ser objetivo en este tema. Sin embargo, como este trabajo intenta ser imparcial, debo decir que varios estudios de aquellos años afirman que, si bien es cierto que las investigaciones realizadas entre 2025 y 2027 fueron financiadas con capitales públicos, la mayoría de esos capitales procedieron de la venta de deuda; es decir, de inversores privados. Y dado que la quiebra del mercado de deuda impidió que dichos inversores recuperaron su dinero, era justo que se quedaran con las instalaciones.

Prefiero no opinar al respecto.

Lo que sí me interesa destacar es que, al tiempo que firmaban (con pequeñas variantes) los subsidios a la reconversión industrial, los Estados tuvieron que hacer frente a cruentos conflictos fronterizos, episodios de violencia sectaria y mareas migratorias.

Coincido con la mayoría de historiadores en que, si no estalló un conflicto bélico a gran escala, fue porque los gobernantes estaban demasiado pendientes de la hambruna y la deuda pública como para asumir una escalada militar.

 

08.17_ Las constantes de la Década Oscura

Uno de los principales problemas, a la hora de analizar este período histórico, es que la mayoría de las crónicas de la época se centran en conflictos locales. Pero si no he centrado mi atención en los conflictos de frontera y los movimientos migratorios que, sin duda, convulsionaron el planeta ha sido por dos razones.

En primer lugar, porque carecen de relevancia histórica en relación con los que tendrán lugar poco después, durante el Colapso.

Y, en segundo término, porque al margen de caos social generalizado tanto el desarrollo de la bioingeniería como la posterior reconversión industrial siguió, en casi todos los países, un proceso semejante.

Prueba de ello es que casi todas las plantas de cultivo hidropónico estuvieron activas entre finales de 2028 y finales de 2029, una sincronización más que llamativa en semejante incertidumbre social.

A efectos históricos, solo hubo un país que siguió un proceso distinto: la República Popular China.

Y de su caso me ocuparé en el capítulo siguiente.

 

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NOTA: Todas las imágenes de esta entrada pertenecen al «Hydroponic YouTube Project»: una investigación realizada por historiadores de la Alianza entre los años 2065 y 2069. El objetivo del proyecto fue rescatar y catalogar información gráfica de la Década Oscura (centrándose, como su nombre indica, en la industrialización de cultivos en espacios cerrados) de los restos de internet (es decir, de la red anterior al Colapso).

 

 

 

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